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Si alguna vez has hecho snorkel en la Costa Brava o has navegado por aguas claras del Mediterráneo, es posible que hayas visto lo que parecen grandes extensiones de algas en el fondo marino. Pero no son algas. Lo que estabas observando es Posidonia oceanica, una planta acuática exclusiva de este mar, clave para su equilibrio y riqueza natural. 

Estas praderas submarinas forman ecosistemas esenciales que sustentan la biodiversidad mediterránea: producen oxígeno, estabilizan los fondos marinos y ofrecen alimento y refugio a peces, moluscos, crustáceos y otras especies. Incluso cuando sus hojas llegan a la orilla, siguen cumpliendo una función: ayudan a frenar la erosión de las playas. 

Hábitat y distribución 

La Posidonia oceanica crece entre la superficie y los 40 metros de profundidad, sobre fondos arenosos o mixtos, en aguas limpias, transparentes y bien oxigenadas. En la Costa Brava se han identificado praderas en varias zonas del litoral, incluyendo áreas cercanas a Playa de Aro. Aunque en condiciones naturales podría extenderse por una mayor parte del fondo costero, actualmente su presencia está fragmentada, relegada a parches dispersos por la presión humana y la degradación del entorno. 

Amenazas: una regresión silenciosa 

Desde los años 60, las praderas de Posidonia han retrocedido notablemente y ocupan hoy una superficie mucho menor. Las principales amenazas son el fondeo descontrolado de embarcaciones, la contaminación marina y el aumento de la temperatura del agua debido al cambio climático. Estos factores alteran su equilibrio y dificultan su recuperación. 

Iniciativas para la conservación 

Frente a esta situación, en la Costa Brava se están desarrollando iniciativas como el proyecto Resilia, liderado por la entidad Submon, que trabaja en la restauración activa de praderas degradadas mediante la plantación de fragmentos y su seguimiento científico. Además, la especie está legalmente protegida por la Directiva Hábitats de la Unión Europea (92/43/CEE) y la Ley 41/2010 de Protección del Medio Marino, que prohíben actividades destructivas como el dragado o la pesca de arrastre en zonas con Posidonia. 

Las boyas ecológicas 

La conservación de la Posidonia también depende de decisiones individuales. Una medida sencilla y muy efectiva que se está aplicando en algunos puntos del litoral es el uso de boyas ecológicas en lugar de fondear directamente sobre el fondo. Estas boyas permiten amarrar embarcaciones sin dañar las praderas. En la Costa Brava ya se han instalado en varias zonas sensibles.  

La Posidonia es vida. Protejámosla. 

La Posidonia oceanica no es solo una planta submarina: es un indicador de la salud del Mediterráneo. Su retroceso nos alerta, pero su capacidad de recuperación también nos da esperanza. Si actuamos con responsabilidad, aún estamos a tiempo de recuperarla. 

Infórmate, comparte y actúa.