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Años 60, la revolución

Existe un antes y un después de la vida nocturna en Platja d´Aro. A mediados de los 60 cuando comenzó en el fenómeno nocturno de las discotecas, anticipando tiempos de grandes cambios, rupturas sociales y de nuevos modelos estéticos.

Hace medio siglo que las mujeres empezaron a bailar solas y sin sujetador en Catalunya al ritmo de música procedente del mundo anglosajón, con éxitos de los Rolling Stones. La gran movida del pop-rock y la música negra llegaban a locales con gran descontrol.  Bebidas alcohólicas en vaso de tubo, humareda de cigarrillos acompañaban la noche con increibles gogos animando una pista rodeada de luces psicodélicas y enormes altavoces.

Llega Tiffany´s

La discoteca Tiffany´s inaugurada el 19 de junio del 1965 por unos emprendedores suizos en Platja d´Aro, dos semanas antes del concierto de los Beatles en la Monumental de Barcelona. Fue la primera discoteca en romper con el concepto clásico de sala de baile.

Tiffany’s fue imagen de tolerancia, seducción y desinhibición dentro de la oscuridad de la dictadura franquista. Fue pionera por su modernidad. Era un espacio aislado de la realidad exterior, con un diseño arquitectónico cuidado. El local contaba con un jardín tropical con piscina que montaron dentro, todo una novedad y exclusividad absoluta.

Un lugar increíble donde el ambiente, música y la luz invitaban a entrar en otra dimensión. Y por supuesto, estaba la atracción de las extranjeras, que llegaban en mansalva, creando una revolución total, Tiffany´s salió en Interviú por acoger los primeros topless de la Costa Brava.

A Tiffany, vino todo el mundo, hasta Dali, rememora Huisgen, que dirigió la discoteca desde 1965 hasta 1995.

Siendo de inspiración para los Pachá nacidos dos años después del boom en Sitges, la semilla del imperio de las dos cerezas, que más tarde también tuvo sede en Platja d’Aro. Entonces empieza la revolución de las mejores discotecas en la ciudad costera, se inaugura Palladium (1966) y Maddox el mismo año. En estos años, en aquellos días gloriosos podían juntarse 20.000 personas bailando en Platja d’Aro, turistas en coches lujosos y ropa Armani.

Los 70, el cambio

Platja d´ Aro era lo máximo. Pero a los 70, Ibiza comenzó a mover ficha y ganar la partida. Eran más permisivos y el municipio de la Costa Brava empezó a popularizarse y así perder el glamur y exclusividad de los primeros años.

Los turistas comentaban “esto ya no era algo especial, se masificó”, empezaron a redirigirse a las islas. Platja d´Aro se volcó al turista de Barcelona y Gerona.

Las noches Vip de los 70 dio lugar a las resacas de los 90, ya nada era lo mismo y eso también toco techo. Si en los 90 el encargado de las discotecas fingía ser un vecino que llamaba a la Guardia Civil a las 7.30 a.m., suplicando que alguien pusiese fin a la noche; ahora con los Mossos al mando a las 5 a.m. se echaba el cierre.

Los controles de alcoholemia salvaron centenares de vidas, que se ponían en riesgo innumerable veces. El no poder beber y conducir al igual que la ley de no poder fumar dentro de los locales perjudicó a la noche, asegura Toni Mix , que trabajó en casi todas las discotecas de moda de Platja d´Aro. “Todo es cíclico” aseguran.